martes, 22 de mayo de 2007

Ataque de Chololismo



Los cambios de Simeone, en España se llaman revulsivos: se hacen para provocar algo, para empujar desde afuera con una apuesta inesperada, la antítesis del ficha por ficha. Y en el técnico de Estudiantes esta provocación casi siempre es hija de una idea ofensiva. El mismo declaró hace unos días que al final de un torneo todos tiemblan. Todos salvo él. El Cholo no es ambicioso sólo por necesidad, en foco por los cambios que embellecieron el injusto triunfo en el Monumental. Desde el "parado", once contra once, él ya denuncia su fijación: los cuatro defensores viven cerca de Andújar, sí, pero delante de ellos aparece un mediocampista fundamental por recuperación y pelota segura (Braña), un todocampista como Verón, más un volante externo con genética de enganche (Sosa) y otro de punta (Piatti) que les llevan juego a dos delanteros demoledores tipo Calderón y Pavone.

Igual, Simeone sólo levanta el perfil cuando grita los goles como un jugador. Y dice que apenas tira señales. Si se quiere, el detalle que destraba un juego, la función determinante de un DT el domingo. Porque sus mensajes apuntan a animarse a más, en lo que aquí podrían llamarse cambios creativos. Ramón Díaz se llena la boca con el tridente, pero contra River marcó con cuatro defensores a medio Falcao cuando tenía un hombre más. Russo convive con el gataflorismo del hincha acostumbrado a ganar, entonces el día que quiso jugarse todo contra San Lorenzo, se suicidó marcando con dos atrás (eso no quita que su Boca ataca por los costados, por adentro, y por momentos tiene mucha más brillantez que Estudiantes). Y La Volpe es La Volpe, o sea, sus equipos juegan mejor cuando él habla que cuando se los ve en la cancha. Salvo cuando estuvo jugado y lo destruyó tácticamente a Boca con Cabral, Escudero, Ocampo, Castromán y Zárate juntos. Simeone, en cambio, es un ilusionista al que le salen todas. Por eso hoy no tiene contra. Amparado en el final épico del Apertura 06, tira y no pierde ni cuando sale el cero...

Más que palabras hay un contexto: haber dado la vuelta con Estudiantes le dio plafón, le ensanchó la espalda. Hasta podría poner a la Bruja Verón padre y nadie se lo reprocharía. Pero también hay hechos: los cambios con Godoy Cruz (Piatti por Mosquera); cuando con uno menos en el clásico hizo Lugüercio por Piatti (delantero de área por otro que conecta líneas); y más acá en el tiempo, el domingo, día que fue superado como pocas veces en Estudiantes e igual llevó a su equipo hacia adelante con Verón, Benítez, Sosa, Calderón, Lugüercio, Maggiolo y Pavone en el mismo once. Por eso los hinchas en general lo eligen el más ofensivo y los de Estudiantes explotan cuando se la juega. Vienen de tener a Burruchaga y ¡a Merlo!

Ser ofensivo, stop aquí, no va de la mano del lirismo, la suelta de palomas. Simeone es obsesivo en todo (antes de volverse de Europa agarró una cartulina con su mujer para comparar cosas positivas y negativas), su arco es el menos vencido del torneo (le fascinan las estadísticas), le gusta la dinámica europea, disfruta del pressing que él metía en la cancha y hasta tiene humildad para robarles ideas a los más grandes (hay olor a Bielsa en su ambición y hasta se vio una jugada de Passarella, el gol de Zanetti a Inglaterra en el 98, en el triunfo a Vélez del 06). No soportaría ganar sin tener la camiseta sudada.

No es cuestión de cambiar y pasar por caja. Simeone convence desde el triunfo y la fe: sólo él creyó que podía ser campeón cuando faltaban un par de fechas. Así, avisa que Pavone tiene cosas de Bati, que Sosa está para Europa (ya lo compró el Bayern), le pone los guantes a Andújar sobre Herrera, suelta a los pibes (Piatti, Saucedo), tiene a los suplentes contentos como Bianchi (a River le ganó Maggiolo) y pondera a su crack, a Verón, que el domingo sacrificó su talento para pararse delante de la aturdida línea de tres.

Como diría el mejor relator de todos, mientras sueña con el Bi, Simeone va. Y el resultado final no cambiará el concepto, su idea formativa. Tiene un ataque de chololismo.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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