viernes, 11 de mayo de 2007

Simeone contra Beckham





La historia del fútbol debe estar llena de este tipo de sucesos. La dualidad héroe/ villano y viceversa, el hombre que en un minuto cambia su destino, su historia, su suerte.

Esta pequeña historia empieza en el mundial de Francia, el año 1998. Inglaterra y Argentina empatan a dos goles en un partido de octavos de final, es decir, un partido en el que el perdedor se queda afuera. Los europeos juegan mejor, tienen el juego controlado, parece cosa de minutos que vuelvan a poner el marcador a su favor. Un jovencísimo Michael Owen acaba de hacer un gol que se recordaría como uno de los más bellos en la historia de los mundiales. Argentina, por su parte, consigue a duras penas el empate en una jugada de balón detenido.

Hasta que llega el infortunio, producto de una acción visceral, de un acto intrascendente, casi irracional. Se juega en el mediocampo y el balón llega a los pies de David Beckham, quien lo controla sin dificultad. Sin embargo, Simeone, el volante de marca argentino, lo atropella con vehemencia por la espalda. El inglés cae, producto del impacto, y el árbitro, que se encuentra frente a la jugada, sanciona la falta. La tarjeta amarilla para Simeone es inevitable. En eso, Beckham, aún tendido en el césped, estira la pierna intencionalmente e impacta el muslo del argentino, quien se deja caer apenas siente el golpe. El árbitro lo ve todo. Simeone es castigado con la tarjeta amarilla y Beckham es expulsado.

Lo que siguió después fue la destrucción mediática del entonces buen volante del Manchester United. Se le responsabilizó por la eliminación de su país (que pasó de dominador a dominado luego de quedar en desventaja numérica y finalmente sería derrotado por penales) frente a la Argentina.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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