jueves, 2 de agosto de 2007

Simeone: "Enganche es una palabra muy peligrosa"


Planta polémica: el especialista tiene que jugar distinto a lo que se ve. Da su versión de la derrota de la Selección ante Brasil. Y cuenta que lee libros sobre liderazgo.

Cómo es manejar a Verón? La pregunta es porque uno que la tiene tan clara como la Brujita, debe analizar cada palabra, cada gesto...

-El entiende todo, es un crack. El fútbol sabe que 'los cracks nunca traen problemas'. Nunca. Verón es del tipo de jugadores que toma decisiones en la cancha, cuando los entrenadores ya no tenemos nada por hacer. Sebastián aprendió a jugar el partido malo, ése que hay que sacar a flote cuando no sale nada grupal ni individual.

Así arrancó una larga charla con Diego Simeone. En el comedor del country de City Bell, café, sin tabaco y sin grabador. Con su jefe de prensa y el fotógrafo de testigos. Con respuestas para publicar y reflexiones para guardar (el inviolable off the récord). Una charla con la pelota como combustible. Como las de antes.

-¡Pedazo de elogio para Verón!

-Puedo hablar de otros. Leandro Benítez, por caso. Ese Chino siempre apuesta por lo que quiere hacer. Eso en fútbol vale un montón. Mete pelotas profundas, picantes, ufff, poco comunes.

-Nunca hablaste mucho del enganche. ¿Te gusta o no te gusta?

-Ufff, la palabra enganche es peligrosa. Pero sí, me gusta el enganche, aunque con otro recorrido. ¿Dónde terminó jugando Zidane, un prototipo de enganche? ¿Donde juegan hoy esos enganches como Kaká, Totti, Pirlo, Ronaldinho y Robinho? Creo que el enganche tiene que ir hoy por otros sectores, que debe agrandar el recorrido. De eso estoy hablando con Wilchez, el pibe que es enganche y volvió de Tigre.

-Algunos pensamos que la mala suerte del Chapu Braña es ser contemporáneo de Mascherano, Gago y Banega. ¿Coincidís?

-No. Braña es el mejor volante central argentino. No hay ninguno como él. Como es un ocho corrido hacia el medio, cuando está bien tiene agresividad, recuperación, simpleza, orden y llegada. Me encanta verlo jugar simple.

-A un equipo de la alta competencia se lo analiza desde lo técnico, táctico, estratégico y también desde un cuarto elemento que es la capacidad volitiva, que agrupa voluntad, agallas, temperamento...¿Cuánto tiene tu Estudiantes de cada cosa?

-Yo creo en el orden antes que nada y por encima de todo eso. El orden es una manera de vivir en la cancha. Y el orden no es negociable porque potencia las individualidades. Por si no se entiende lo que quiero decir, la síntesis es lo que hizo Brasil frente a la Argentina en la reciente final de la Copa América. Desde el orden que impuso el entrenador se potenciaron las individualidades, que terminaron rindiendo más que las nuestras aunque la Argentina tenía mejores jugadores.

-¿Qué valor les das a las jugadas con pelota detenida?

-Muy importante. Aunque no guste. Hoy no se puede dejar de contar con un buen pateador.

-¿Cuáles son los roles de los integrantes de tu cuerpo técnico?

-Otra mirada, claro. Además es gente con ilusión, a pesar de todo lo que hicieron y ganaron en el fútbol. Nelson Vivas es clave para ordenar y planificar en defensa. Andrés Guglielminpietro terminó de volante pero fue un delantero central y aporta lo suyo en ataque. Y como yo fui volante, ahí tenemos un especialista por línea. Igual que el entrenador de arqueros. ¿Vos creés que yo puedo entrenarlos con el mismo conocimiento y calidad que lo hace el Flaco Vercellone?

-¿Y el profe? ¿Bien?

-¡Un fenómeno! El profesor Oscar Ortega es una parte fundamental del modo integrado que tenemos de trabajar. Por ejemplo, los ejercicios intermitentes los podés hacer al costado de la cancha y sin pelota. Acá, el profe los hace con pelota y buscando situaciones reales del juego.

-Algo que te guste de acá...

-Me gustan los equipos del Turco Mohamed. Ese estilo entre agresivo y liberal tiene algo, ¿no?

-¿Qué hacés para seguir creciendo en esta profesión relativamente nueva?

-Miro y leo. No rechazo nada. Miro mucho fútbol y leo libros de psicología y técnicas de manejo grupal. Porque sigo pensando que, si armaste el grupo, el equipo aparece mucho más fácil.

-Van las del estribo. ¿Por qué en Italia un defensor como Roberto Sensini pudo jugar con prestigio hasta los 38 y aquí rápidamente se sospecha que a los 32 o 33 un futbolista empieza a "robar"?

-Porque en la Argentina se suman dos factores. Primero, ustedes, los periodistas, que creen que un jugador a los 31, 32 años es viejo y yo digo que hay algunos de 35 que están mejor que varios de 29. Y otro es el mismo jugador argentino, que después de los 32 o 33 declara que el técnico lo está forreando o manoseando si lo pone media hora o lo saca cuando terminó el primer tiempo. El jugador tiene que entender que el fútbol le tiene reservados lugares y momentos distintos cuando él empieza a ser grande. Uno es importante por el nombre y no por los minutos que juega al final de su carrera.

¿Por ahí anduvo la última charla con José Luis Calderón?

-Te respondo con una pregunta: ¿a vos te parece que voy a dañar mi relación con Calderón y olvidarme todo lo que él hizo por este grupo por una cuestión de minutos en cancha?

-¿Estás en paz con la prensa?


-A ustedes los noto críticos y necesitados de resultados más que nadie. A veces siento que las preguntan están automatizadas y no se oyen las respuestas.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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