Dos versiones, el mismo DT

Durante todo este tiempo, fundamentalmente desde que se convirtió en el candidato Nº 1 para dirigir a River, cada movimiento de Simeone fue entendido según el interés de las partes. Es decir, siempre se leyó como cada uno quiso. En Capital, se intuyó que las declaraciones del Cholo dejaban en todo momento alguna puerta abierta para irse a Núñez. Y en La Plata, incluso esa misma frase que lo disparaba de Estudiantes, generaba aire a continuidad. Esa ambigüedad nacida de la interpretación no es, claro, accidental. El propio DT dio pie para eso. Sin embargo, incluso ayer, cuando su tour mediático sonó a ultimátum para los dirigentes de Estudiantes, resulta complicado deducir que por eso se irá a River. Por el contrario, Simeone manifestó su deseo explícito de seguir en su actual club y hasta dejó librada su decisión en los directivos. Así, eso mismo que en Buenos Aires se vio como exigencia imposible de cumplir, a 60 kilómetros de distancia afirmaba una sensación de presión que ya se masticaba y que, a su vez, venía a darle a los dirigentes la posibilidad de no dejarle escapatoria si cumplen con lo que les pidió. Aunque no sea poco y los haya puesto en una situación muy incómoda.