El segundo ensayo de la banda que responde a la batuta de Diego Simeone demostró que los músicos saben que estilo quieren interpretar. El 3-3-3-1 que tanto le gusta al director volvió a mostrarse en Salta.
Sin embargo, se notó la ausencia de los músicos principales. Hubo muchos suplentes, otros tantos juveniles y apenas uno que se perfila con chances de ser titular: Paulo Ferrari, que peleará un lugar con Rodrigo Archubi. Con estos intérpretes en el escenario, River desafinó en varios pasajes del partido.
Y Simeone lo sabe: "Racing jugó un buen partido. Nosotros no logramos crear sociedades, pero siempre es bueno ganar. Desde el orden no estuvimos mal, pero sí desde el juego", sentenció el Cholo.
A un Racing juvenil le bastó apenas con orden para controlar a Radamel Falcao García, único punta. Muy solo en la función, casi no creó peligro. En reiteradas ocasiones Simeone se llevó las manos a la cabeza en clara muestra de que los músicos no seguían los movimientos de su batuta. Le pidió a Buenanotte que se tire a la izquierda, a Sciorilli que busque por afuera. Pero nada cambió.
En el segundo tiempo los ingresos de Marco Ruben y Raúl Burzac le dieron un poco, más de movilidad en ofensiva al conjunto de Núñez. Pero se notaba la inexperiencia.
Sobre el final, la diferencia la marcó precisamente el músico que más presentaciones tenía en su haber. Cuando el concierto parecía morirse sin un canto de gol, Paulo Ferrari interpretó un solo que inició con un desborde que generó el penal de Mercado y que él mismo se encargó de transformar en el 1-0. Y tres minutos después, otra escapada suya le permitió a Ruben duplicar la ventaja.
Seguramente cuando aparez can los músicos principales, esos que se quedaron ensayando en Mar del Plata, se empiece a escuchar un River más armónico. El director Simeone ya prepara las partituras e intérpretes para su concierto principal: Carrizo: Nasuti o Nico Sánchez, Cabral, Tuzzio; Augusto Fernández, Ponzio, Villagra o Archubi; Rosales, Ortega, Alexis Sánchez; y Abreu.
La batuta de Simeone se mueve al compás de sus premisas: orden, seguridad y eficacia. Los músicos conocen su disposición en el escenario: 3-3-3-1. La banda sólo espera por sus músicos principales para afinar aún más su sonido pensando en los dos conciertos que se vienen.
