lunes, 28 de enero de 2008

Simeone: "El sistema cada vez me gusta más y lo repetiría"



MAR DEL PLATA.- River cayó en los abismos de un dibujo táctico audaz, pero riesgoso, que después de la derrota 0-2 en el superclásico acentuó la incertidumbre y planteó el debate si es que Diego Simeone debe continuar apostando a este esquema durante los compromisos oficiales. Por lo pronto, el entrenador dará un giro en su concepción futbolística primaria y, mañana, ante San Lorenzo, su equipo formará con un 4-4-2 a diferencia del 3-3-1-3, que utilizó frente a Boca, por el Pentagonal de Grandes.

La decisión de modificar el esquema no es una consecuencia de lo sucedido anteanoche, en esta ciudad. Hace un tiempo que ya era un decreto del Cholo, que desea con ansias ver actuar como pareja ofensiva a Sebastián Abreu y Radamel Falcao, y ensayar una línea de cuatro defensores, en una señal de blindaje tras las ventajas que otorgó el equipo jugando con tres hombres en el fondo. Esta serie de cambios les abriría una puerta en el equipo a Paulo Ferrari, Cristian Villagra y Oscar Ahumada.

El cachetazo que le asestó Boca fue un toque de atención para el DT, que, optimista a flor de piel, sostiene con firmeza su vocación ofensiva. "Yo siempre apuesto a crear más situaciones de peligro, por eso este tiempo de preparación es bueno y útil, porque hay que ver y probar. El sistema [3-3-1-3] cada vez me gusta más y lo repetiría, sin duda. Haber perdido con Boca hace que el desafío me guste cada vez más", se entusiasmó. Y al instante añadió: "Lo importante es haber creado situaciones de gol. Molesta y duele perder, porque es el clásico. Es lógico que tengamos cosas por mejorar, este equipo necesita ser un verdadero equipo y estamos trabajando para lograrlo. Con Boca hubo cosas buenas y otras no. Duele haber perdido, porque había mucho entusiasmo, mucha expectativa y mucha gente. Me quedo con algunos momentos del primer tiempo, cuando el equipo atacaba con verticalidad y profundidad".

El superclásico encontró a Simeone inquieto y muy efusivo a la hora de darles indicaciones a los jugadores. Les gritó más de una vez a los tres defensores [Gerlo, Cabral y Tuzzio] y a alarido limpio les recriminó a los volantes mayor solidaridad y compromiso con la marca; también solicitó más precisión en la entrega de los pases. El nerviosismo de un esquema novedoso para los jugadores preocupó al Cholo, que vivió los 90 minutos a la vera de la línea de cal. "Tuvimos la posibilidad de empatar con Ariel [Ortega]. Creo que se jugó muy bien en el primer tiempo y después no seguimos con la misma concentración. Boca tuvo más la pelota, es cierto, pero quizá sin crear demasiadas situaciones de gol, aunque nosotros tampoco las generábamos", fue el escueto análisis del técnico, que encontró en las acciones de pelota parada la causa de la caída. "Jugamos en campo rival como pensamos y Boca nos complicó con los pelotazos largos. Quizá nos provocaron a hacer muchos foules en los costados, y a partir de la pelota parada nos generaron problemas. De ahí llegó el primer gol, después de un rechazo. Lo importante es que tenemos tiempo para corregir los errores y llegar de la mejor manera al debut en el torneo", señaló el DT, que en cada uno de los contactos que mantuvo con la prensa se encargó de resaltar que el encuentro con Gimnasia, de Jujuy, por la 1» fecha del Clausura, debe ser el objetivo del trabajo de pretemporada.

Quedó la sensación que para aplicar el sistema táctico atractivo y audaz que impulsa Simeone se requiere de una estructura defensiva sólida y de minutos de ejercitación para que el engranaje de las líneas sea casi perfecto. A menos de un mes de su asunción como entrenador de River parece prematuro juzgar y condenar el legado ofensivo que propone. Las grietas en las que cayó el equipo frente a Boca es una advertencia, un apercibimiento que aún se necesitan más horas de ensayo. Tal vez, sea un llamado de atención en el momento justo.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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