Diego Simeone, una tarde de esta semana. Sin apuros, sin miradas de reojo al reloj, sin temas intocables. Con varias vueltas de café y un par de botellas de agua mineral.
¿Pensaste que con el campeonato ganado ibas a tener más tranquilidad a esta altura?
No. Primero que cuando empieza algo nuevo no pienso en lo anterior, haya sido bueno o malo; y segundo, que arrancó otro torneo y acá en River eso te lleva las mismas exigencias, que son ganar, gustar y golear.
De ganar, gustar y golear, de acuerdo a tu concepción del fútbol, ¿te podés desprender más fácilmente del gustar?
Me remito a la última parte del Racing que jugaba bien y ganaba; al Estudiantes que siempre jugó bien y fue campeón; y al River que ganó el título y que no sé si hubo alguno mejor a nosotros... No sé que es gustar... A unos les gustan las morochas; a otros, las rubias...
Sin embargo, la estética también existe en el fútbol.
Sí, pero ¿qué es gustar? Para mí gustar no es gambetear; eso es trasladar. El hincha de River quiere ganar y que se juegue bien, pero lindo... Jugar bien es tener jugadores desequilibrantes y que interpreten el juego. En la idiosincrasia del argentino, el gambetear -que no es fácil- se valora más que el buen pase; y yo digo que un pase corta a cuatro jugadores rivales... Y un gambeteador tiene más dificultades para gambetear a cuatro rivales porque tarda más tiempo y es más complicado. Eso no quiere decir que no me gusta el que gambetea, sino que el que lo hace tiene que ser desequilibrante, y no hay muchos así, eh... Buonanotte, Dátolo, no muchos más... No hablo del que corre, la tira para adelante y gana por potencia, porque como esos sí hay muchos; hablo de gambetear.
Vos, la semana pasada, dijiste que preferís jugar bien a jugar lindo. ¿Cuál es la diferencia?
Jugar bien es ser efectivo. Jugar lindo es para lucirse, quizás en lo individual. Jugar lindo es tener la pelota, es más visual. Yo considero que un pase lateral, si no es para disponer de la pelota por una necesidad, es una pérdida de tiempo. Jugar bien es ir hacia adelante, tener lucidez para atacar en el momento preciso. La diferencia es muy fina. Quizás te guste más el Lobo Ledesma que Ahumada. Pero Ahumada juega muy bien, quita, mete, es efectivo. Ledesma es más estético. El secreto es sacarle lo mejor a cada jugador. No es que yo quiera jugar mal; todo lo contrario. Pero hay que ver qué significa para cada uno. Hay jugadores que en Europa jugaron de una manera diferente a la que jugaban acá. Mirá Verón... Ese es crack en todos lados. Sin embargo, acá se lo valoró más a la vuelta. Claro, él antes no lucía porque no gambeteaba... Se valora más el barullo de la gambeta que la claridad del pase bien dado.
O sea: te gusta más ser práctico.
Seguro. También podés tener las dos cosas. Messi y Riquelme, por ejemplo. Si vos no pasás la pelota, no podés jugar bien. Uno debe explotar las características de sus jugadores. Si tenés a Salcedo y a Falcao, que no son gambeteadores como Messi y Agüero, tenés que jugar diferente. A Buonanotte no le pido lo mismo que a Rosales. Buonanotte desequilibra en la gambeta; a Rosales le pido potencia, que juegue de frente.
En tu escala de valores, ¿qué está primero: la eficacia, el jugar bien, el jugar lindo, ganar de cualquier forma?
Primero va ganar. Siempre. Al que gana le dan tres puntos; al que juega lindo, nada... Después podemos entrar en el aburrido y remanido "si vos jugás bien es más fácil ganar; si jugás mal es más fácil perder"... Es obvio que para ganar tenés que jugar bien. Nadie quiere jugar mal. Se pueden buscar las maneras, pero yo quiero ganar siempre. Siendo más eficaz, se gana. Ojo, yo no digo que no es una cuenta pendiente la de jugar mejor, pero antes quiero ganar. Se insiste con que River juega mal, y se le mete eso en la cabeza a la gente. Entonces cuando perdés, todo se potencia. Se insiste con la falta de Ortega, pero Ariel no estuvo el año pasado en varios partidos y ganamos; y no estuvo ante Central y ganamos. Yo digo que es dificil jugar bien, y que hay una especie de máxima que señala que hay que jugar lindo para ganar. Para mí, repito, hay que ser eficaz. Y el hincha quiere que su equipo gane.
Al menos, no le vendés espejitos de colores a la gente...
Yo declaro del modo más espontáneo; no declaro pensando en qué queda bien. Cuando River ganó la Libertadores 86 fue eficaz. El Boca de Bianchi fue eficaz. El Vélez de Bianchi, eficaz. La cultura futbolística del hincha de River es la que indica que exige más. Si podemos, le daremos más. Pero, mirando atrás, River ganó muchas veces jugando bien, no lindo...
¿No confundís a los jugadores con tantos cambios de sistemas y de posiciones?
No creo. Tampoco es que si perdés, los confundís; y si ganás, es un acierto táctico. Hay algo intermedio. A mí me gusta probar dentro de las características; no es que cambio porque sí. Abelairas jugó mayormente de doble cinco en el Apertura, pero durante los partidos fue cambiando y, a veces, fue de volante por izquierda y otras hasta de cinco. Cuando cambio a algún jugador de posición pienso en que puede ofrecer algo diferente, sin perder su esencia.
¿Tu audacia es la misma de local o de visitante? A veces no parece...
Siempre jugamos con la misma perspectiva de atacar; a veces nos paramos un poco más atrás, otras algo más adelante, pero siempre mirando bien arriba. Te puede gustar o no, pero River tiene una identidad clara: ataca siempre.
Llevás dos años como DT. Siempre dijiste que el esfuerzo no se negocia. ¿Qué otras cosas no negociás?
Lo del esfuerzo, seguro. La falta de respeto tampoco la tolero.
¿Y futbolísticamente?
Con enganche no me encanta jugar y, sin embargo, lo he hecho, por ejemplo con Sosa en Estudiantes. En ese sentido tengo la cabeza abierta. No hay una cosa que diga no, esto ni loco. Si sirve para ganar, sirve... En el fútbol necesitás de todos y de todo.
¿Vas a elegir entre el torneo local o la Copa Sudamericana?
Luego de Arsenal se viene una ametralladora de partidos y éste no es un plantel muy grande, sí muy competitivo. Si estamos todos bien se pueden dar las dos cosas. Este torneo es un desafío mayor que el anterior. En el Apertura había sólo una posibilidad, ya que River hacía tiempo que no salía campeón. Ahora voy por más. En estos casos es cuando deben aparecer los grandes equipos que quieren ganar, ganar y ganar. River es un equipo molesto. Y me gusta que sea así. El que gana siempre es el mejor.
