viernes, 7 de noviembre de 2008

Después de la eliminación con Chivas, Simeone le puso fin a su ciclo



Después de la eliminación con Chivas, Simeone le puso fin a su ciclo. Por las lágrimas, no terminó su discurso de despedida frente al plantel. Quiere estar ante Huracán pero los dirigentes, molestos, van a decidir hoy si Gabriel Rodríguez es interino. El Tolo es el candidato a sucederlo.

Les quería comunicar que me voy". A las 11.28 AM de México, en una reunión de emergencia que se montó dentro la habitación 1805 del hotel Presidente Intercontinental, Diego Pablo Simeone le puso el punto final a su ciclo en River. Lo hizo acompañado por Nelson Vivas, frente al presidente (José María Aguilar), al secretario general (Mario Israel) y a uno de los integrantes del Consejo de Fútbol (Rodolfo Cuiña). En ese confín de Guadalajara se mezclaba algo de dolor y mucho de sorpresa. La primera sensación se advertía en el tono del técnico, en sus ojos vidriosos, en su rictus de incomodidad. La segunda, en los dirigentes que, tras la última imagen del equipo y los indicios brindados por el DT al cabo de la eliminación copera, ni sospecharon en esta salida prematura.

"Renunció", avisó Aguilar al bajar al lobby. Los jugadores aún no lo sabían. Se estaban entrenando en el complejo Atlas Colombo, lejos del conductor al que no le pudieron responder en las situaciones límite.

El Cholo se había ido de la práctica en un taxi, apurado para encontrar al presidente, que se volvía al país en otro vuelo. En esos minutos de desconcierto, también quedó flotando su última voluntad: "Quiero dirigir contra Huracán". Y lo que en un comienzo se dio como un hecho, luego quedó entre signos de interrogación. "¿Por qué le vamos a dar el gusto? ¿Para qué alargar lo que ya está terminado?", se preguntó una persona con peso en el Monumental. Fue el razonamiento crítico que ganó adherentes en el resto de los directivos que estaban en Guadalajara y en otros integrantes de la CD que, desde Buenos Aires, pedían la finalización inmediata del ciclo. Se aseguraba que Aguilar había viajado a México para darle su apoyo y para tratar de renovarle el contrato más allá del resultado con Chivas.

¿Y ahora? Primero aparece Gallego y, en un segundo plano, Pumpido. "No saldrá de ahí, pero si mañana nos ofrecen a Cruyff", advirtió en forma figurativa una alta fuente en la toma de decisiones del club. De todos modos, esta sucesión se proyecta para enero. ¿Y en el mientras tanto? Gabriel Rodríguez, coordinador de las exitosas Inferiores que hoy pueden dar la cuarta vuelta olímpica en el año, es el bombero para la emergencia. ¿Arrancará mañana?

"Conociéndolo al Cholo, sé que no se va a ir", había asegurado Abreu. Evidentemente el Loco no lo conoce tanto, y lo confirmó él mismo cuando regresaba con sus compañeros del entrenamiento. Ya en el almuerzo, tragando lágrimas, Simeone les confirmó su adiós. Después Abreu y Tuzzio le pidieron que revisara su posición. Cuentan los allegados al DT que en esta ocasión no tenía reproches para con los players. Pero, igual, existieron dos cuestiones insoslayables que determinaron su decisión. "Dieron el máximo y no alcanzó", pensó. Y lo otro es que sabe que el plantel requiere una limpieza de pesados para depurar el alma colectiva y empezar de cero.

Lo curioso es que nada de esto había sido revelado hasta que el Cholo definió unilateralmente su destino. Hasta ayer insistía con su idea de cumplir el contrato. Ni siquiera modificó su posición en la velada que compartió el jueves por la noche con los dirigentes. En esa mesa, que fue levantada recién a las 2.16 de la madrugada, se habló puntualmente del partido. "Pensamos que se quedaría hasta el 2014", graficó una de las nueve personas que estuvo ahí. Aunque luego el Cholo se encerró en su cuarto con Vivas y con el profe Ortega. Y se quedó con Nelson. Y no pudo dormir. Y pensó. Y vaciló. Y se quebró.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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