lunes, 17 de febrero de 2014

El día que Simeone destrozó al Milan

Si hay alguien que conoce bien San Siro en el vestuario del Atlético, ese es Diego Pablo Simeone. No en vano, aquel estadio fue su casa durante las dos temporadas que militó en el Inter, además de visitarlo durante otras muchas tanto con la camiseta del Pisa como con la de la Lazio. El Cholo, más allá de saber lo que es ese coliseo como local, también sabe cómo vibra para alentar al Milan y cómo trata de amedrentar a sus rivales. Más aún si se trata de un derbi. Pero hubo un día en el que ni todo San Siro pudo acallar un grito del Cholo. Un 22 de marzo de 1998, el ahora técnico del Atlético destrozó, literalmente, al conjunto rossonero. Por aquel entonces, Simeone vestía la camiseta de un Inter que peleaba en lo más alto con la Juventus, mientras a su eterno rival solo le quedaba el consuelo de llevarse el derbi en una campaña que estaba siendo aciaga. El equipo vagaba en la zona media de la tabla a pesar de contar en sus filas con jugadores como Desailly, Maldini, Albertini, Donadoni, Weah, Kluivert o Boban. La visita del Inter era el clavo ardiendo al que se agarraban para dar al menos una satisfacción a los hinchas. Pero entonces apareció Simeone. Primero, en el minuto 42, para elevarse por encima de cuantos defensas saltaron del Milan y firmar el 0-1 a la salida de un córner. ¿Les suena? Así finalizó el primer tiempo. Unos se impacientaban mientras los otros veían cómo salvaban una fecha difícil para seguir pugnando por el título doméstico. Tras el intermedio llegó un tal Ronaldo para hacer el segundo y dejar el partido encarrilado. Pero el derbi no acabaría ahí. Con todo el Milan volcado en busca de la remontada, volvió a aparecer la figura del argentino. "¡Lo he hecho, lo he hecho!" El Cholo, tras 87 minutos de terrible esfuerzo, recogió un balón suelto en su campo para cruzar al galope la cancha y plantarse delante de Rossi, al que dribló con un regate hacia la izquierda para, ya casi desde el suelo, mandar el cuero a la jaula: 0-3. Los propios compañeros de Simeone recuerdan aquella actuación del Cholo como algo increíble. Bergomi, por ejemplo: "Teníamos en el equipo a jugadores como Ronaldo, pero aquel día la estrella fue él. Primero marcó un gol en una de sus especialidades, que era el remate de cabeza. Después, ya al final, condujo un perfecto contragolpe solo y batió muy bien al portero por abajo". Cauet, por su parte, insiste: "El ritmo del partido fue intensísimo. El Cholo marcó el 0-1 con un gol pleno de fuerza y de capacidad para dejar atrás defensas, saltar y conectar el remate de cabeza. Luego, el segundo es un gol pleno de potencia, de determinación y de calidad. Él llega bien a un pase que le doy yo en el centro del campo y se recorre más de 50 metros sin que ninguno de los tres defensores del Milan le pueda alcanzar. Cuando llega a la frontal del área, pese a tener a Ronaldo a su derecha, regatea y remata. Fue un gran gol". El propio Cauet recuerda que Simeone gritaba en la celebración "¡lo he hecho, lo he hecho!", mientras corría hacia el banquillo para abrazarse con sus compañeros. Aquella diana, que resume la garra y la fuerza con la que Simeone encaraba cada encuentro, supuso un punto y final metafórico para la temporada 97-98 del Milan, al igual que podría suponerlo una eliminación de los rossoneri a manos del Atlético en la Champions. El fantasma del Cholo vuelve a aparecer en su trayectoria. Como en 1998.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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