domingo, 18 de mayo de 2014

Atlético Madrid de Simeone fue campeón en el Camp Nou

Martino mira el suelo unos segundos. Luego levanta la cabeza. Y sus ojos se dirigen al cielo. Quizás busca una explicación. Quizás es un gesto instintivo. Pero su rostro es serio. Refleja la derrota. El fin de un ciclo que empezó con mucha ilusión. Y que acabó desalmado. Triste. Simeone mira el suelo. Luego levanta la cabeza. Y sus ojos se dirigen al cielo. Quizás busca una explicación. Alguien a quien agradecer. O quizás sea un gesto instintivo. Pero está feliz. Muy feliz. Acaba de escribir un capítulo grande en la historia del fútbol español. Es que su Atlético de Madrid, con coraje, empató 1 a 1 con Barcelona en el Camp Nou y se consagró campeón de la Liga. Un día inolvidable en el mundo rojiblanco. Un día para olvidar en el mundo azulgrana.    Se acabó. Es el fin de una Liga muy igualada. Desilusión para unos. Y la felicidad para otros. En el Camp Nou sólo se oyen los gritos de los no más de dos mil hinchas de Atlético de Madrid. Simeone es levantado en andas por sus jugadores. Y no es para menos. Es el merecido premio a un equipo que luchó contra dos de los más poderosos de Europa. Es el premio indiscutido al mejor en estas tierras. Porque si algo le faltaba al Aleti era demostrarle al mundo su estirpe. La casta de equipo bravo y su alma de campeón.    Los campeonatos no se merecen. Se ganan. Los campeonatos se juegan con intensidad de principio a fin. Se disputan cada fecha. Y eso hizo Atlético. Eso logró imponer Simeone. Y eso fue lo que no hizo Barcelona. Eso fue lo que no logró inculcarles el Tata a sus dirigidos. Ayer hubo dos equipos con chances de ser campeón. Pero sólo uno supo y creyó en sus posibilidades: el Colchonero.    Hubo un golazo de Alexis que hizo vibrar el Camp Nou y soñar a toda Barcelona. Pero los sueños a veces duran poco. Y al equipo de Martino le fue efímero. Llegó el cabezazo de Godín y el rojiblanco equilibró la balanza de la justicia. Y marcó la diferencia entre un equipo que siempre creyó en sus cualidades ante otro que intentó estar a la altura, pero no lo logró.    Se hace de noche en España. En Barcelona la ciudad quiere olvidarse de una temporada que no le ha regalado ningún título. Una temporada que empezó con incertidumbre e ilusión. Y que acabó vacía. En Madrid están felices. La fuente de Neptuno se viste de gala. De la mano del Cholo Simeone, Atlético logró lo que para muchos era imposible: ser campeón. Un nueva moda se impone por toda la península ibérica. Es el cholismo. Ayer hubo un duelo de entrenadores argentinos. Y ayer ganó Diego Pablo Simeone. ¿Gerardo Martino? Buscará revancha. Aunque ya no será con Barcelona.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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